Un oscuro proyecto que preocupa a los residentes de El Recuerdo
Abrir el ojo y no dejarse engatusar, recomienda la Veeduría Ciudadana
Por Yaneth Corredor C., Coordinadora Veeduría Ciudadana para el Plan Centro Yacorre123@gmail.com, publicado en la edición número 3 de la franja amarilla.
Al bien ubicado barrio El Recuerdo le ha llegado un megaproyecto de la mano de Corferias: INNOBO. El solo anuncio de su lanzamiento el pasado 8 de marzo ya está arrojando resultados preocupantes para los residentes.
Por el rumbo que toma en la ciudad el desarrollo de los planes de renovación, y de las grandes obras, diseñados desde tiempo atrás, hay que abrir el ojo. Las obras de Transmilenio por la Décima, por ejemplo, arrasaron sin compasión a los comerciantes de los muebles y desde luego a cientos de residentes históricos de los sectores del Centro, de muchos de los cuales nadie da razón, y cuyos predios fueron tasados por valores francamente irrisorios, para luego ser vendidos a precios extravagantes y ofensivos como el del proyecto Abadía de la Candelaria, en el casi desaparecido barrio Santa Bárbara, donde el precio inicial de apartamentos será de $ 2.750.000 metro cuadrado, en tanto a propietarios de casas situadas a dos cuadras, además de expropiarlos, los “arreglaron” por $ 220.000 metro cuadrado. Igual está aconteciendo en los predios de la Carrera 13A con Calle 26, cuyos apartamentos solo alcanzaron a valer 37 millones de pesos.
Por las implicaciones señaladas, no solo en el Plan Centro sino en Usme, Engativá y Fontibón, en el Norte, en el proyecto Ciudad Salud y, en fin, en toda la capital, es preciso insistir en la necesidad imperiosa y apremiante de que todos los vecinos se organicen, sean propietarios, arrendatarios, poseedores de buena fe y población flotante de cada una de las localidades, especialmente Teusaquillo, Santafé, Mártires y Candelaria.
Los residentes de El Recuerdo están ya impulsando su organización ante la llegada del proyecto de Corferias. Se están llevando a cabo diversos talleres didácticos y asambleas en las cuales se explica la norma urbana, que para la UPZ 107 es el decreto 086 de marzo 8 de 2011 (¿pura casualidad con el lanzamiento de Innobo?), puesto que son los residentes informados quienes tienen la capacidad de decidir lo que más les conviene: o vender al “ mejor postor” e irse del sector donde han hecho su proyecto de vida, tienen sus amigos, vecinos y demás afectos, o unirse para participar en un proyecto colectivo en el cual tengan la oportunidad de decidir cómo, cuándo, dónde y con quién se puede hacer la renovación. Es decir, ser incluidos efectivamente en la transformación de su barrio. El lema con el cual se comienzan a manifestar los habitantes de El Recuerdo es muy significativo: “No vendo, tengo un plan”.
En este sentido, se adelanta con un grupo técnico de las mayores calificaciones y con vecinos del barrio la creación de un instrumento que represente a los propietarios y vecinos, un instrumento legal encaminado a aglutinar las propuestas de mejoramiento urbano, ambiental, social y económico que implican las reformas del territorio. Se denomina Corporación Vida de Barrio, que, como lo denota su nombre, se dirige a defender la vida de barrio, hoy tan amenazada por los grandes pulpos del negocio inmobiliario que pretenden romper el tejido social comunitario.
La idea es impulsar reuniones de información clara y veraz que contrarreste la desinformación de algunos interesados en que los residentes se llenen de miedo y acepten vender a menos precio e irse para otro sector, incluso fuera de Bogotá, y dejen el campo libre para la especulación inmobiliaria que hoy está desatada en la ciudad.
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